En un principio cuando se buscan ideas se tiende a pensar en lo que existe o lo que podría existir a partir de lo que existe. Es decir se toman conceptos que existen y se juega con ellos cambiándolos y combinándolos, haciendo pequeños cambios y mezclas que hagan que nuevos conceptos se generen…
Sin embargo… en vez de partir de los conceptos que ya conocemos podemos partir de otras ideas que resulten de “cortar” las ideas que tenemos, de “cortar” las gafas con que miramos las cosas, de romper con las reglas de la costumbre, las cosas que siempre se han hecho sin saber exactamente por qué.
Imagina que tienes unos troncos de madera y los usas para ponerlos en el suelo para ayudarte a transportar cargas pesadas. Se puede seguir pensando en cómo amarrar los troncos a la base de la carga para hacer el transporte más eficiente o cómo situar los troncos, de qué grosor, de qué color, etc. Sin embargo, para llegar a la rueda, habrá que cortar el tronco en “lonchas” y ver entonces cómo adaptarlas para el transporte.
El “hacha” simboliza la herramienta a usar para destruir ideas preconcebidas, formas de pensar rutinarias y convencionales. Por ejemplo, si pensamos en la educación, tradicionalmente se podía pensar en escuelas, profesores, libros, aulas, etc. Sin embargo, si empezamos a “cortar” cosas, podríamos imaginar escuelas sin libros (todo online), escuelas sin profesores (por ejemplo uso de webinars, uso de estudiantes del curso superior que ayudan a los del curso inferior, o alguna figura tipo “coach”), aulas podrían ser centros de networking o talleres donde se “construyen” proyectos, se aprende investigando, colaborando, etc. ...se podría pensar en formación sin escuelas... ¿dónde? ¿Quizá en centros de voluntariado o en talleres de formación profesional, en incubadoras de empresas, en polideportivos, en hospitales, en residencias de ancianos, en centros de día para discapacitados?
Cuando se habla de cambios disruptivos, normalmente se trata de cambios radicales. Para estos cambios radicales, hay que romper con las ideas del pasado, o por lo menos con algunas de ellas, para dejar sitio a nuevas ideas que pueden no ocurrirse si no se hacen esos cortes.
Si se quieren obtener resultados extraordinarios, harán falta cambios radicales. Estos cambios necesitarán mirar a la situación desde una óptica completamente distinta. Es como si un empleado se pone a pensar qué empleo le dará X beneficios y se da cuenta de que para ello necesita autoemplearse. O al contrario, un autoempleado puede pensar que la forma de mejorar pueda ser convertirse en un empleado para aprender de otro tipo de experiencias.
Otro desafío lo tenemos al pensar cómo simplificar, cómo cortar con cosas que son innecesarias. En desarrollo de productos, se puede pensar en las funciones que cumplen los componentes y analizar qué se obtiene quitando alguna función, como por ejemplo cuando algunos aparatos tipo "Walkman" introdujeron el oír música con auriculares, sin traer altavoces. Es interesante el concepto de "Walkman Effect" que se refiere al tema de escuchar música con auriculares con la polémica de los beneficios de la independencia y a la vez las críticas por hacer que la persona se "aísle" de los demás.
Este tipo de innovaciones como simplificaciones eliminando cosas no esenciales se ha denominado "no frills" y se ha aplicado tanto a compañías aéreas (por ejemplo ryan air, easyjet) como a supermercados (Lidl, Aldi), gimnasios (easyGym, Fit4less).
Este tipo de ideas siempre me recuerdan "El principio de la navaja de Ockham", y su diversidad de aplicaciones al mismo tiempo como las polémicas que originó.
Sin embargo… en vez de partir de los conceptos que ya conocemos podemos partir de otras ideas que resulten de “cortar” las ideas que tenemos, de “cortar” las gafas con que miramos las cosas, de romper con las reglas de la costumbre, las cosas que siempre se han hecho sin saber exactamente por qué.
Imagina que tienes unos troncos de madera y los usas para ponerlos en el suelo para ayudarte a transportar cargas pesadas. Se puede seguir pensando en cómo amarrar los troncos a la base de la carga para hacer el transporte más eficiente o cómo situar los troncos, de qué grosor, de qué color, etc. Sin embargo, para llegar a la rueda, habrá que cortar el tronco en “lonchas” y ver entonces cómo adaptarlas para el transporte.
El “hacha” simboliza la herramienta a usar para destruir ideas preconcebidas, formas de pensar rutinarias y convencionales. Por ejemplo, si pensamos en la educación, tradicionalmente se podía pensar en escuelas, profesores, libros, aulas, etc. Sin embargo, si empezamos a “cortar” cosas, podríamos imaginar escuelas sin libros (todo online), escuelas sin profesores (por ejemplo uso de webinars, uso de estudiantes del curso superior que ayudan a los del curso inferior, o alguna figura tipo “coach”), aulas podrían ser centros de networking o talleres donde se “construyen” proyectos, se aprende investigando, colaborando, etc. ...se podría pensar en formación sin escuelas... ¿dónde? ¿Quizá en centros de voluntariado o en talleres de formación profesional, en incubadoras de empresas, en polideportivos, en hospitales, en residencias de ancianos, en centros de día para discapacitados?
Cuando se habla de cambios disruptivos, normalmente se trata de cambios radicales. Para estos cambios radicales, hay que romper con las ideas del pasado, o por lo menos con algunas de ellas, para dejar sitio a nuevas ideas que pueden no ocurrirse si no se hacen esos cortes.
Si se quieren obtener resultados extraordinarios, harán falta cambios radicales. Estos cambios necesitarán mirar a la situación desde una óptica completamente distinta. Es como si un empleado se pone a pensar qué empleo le dará X beneficios y se da cuenta de que para ello necesita autoemplearse. O al contrario, un autoempleado puede pensar que la forma de mejorar pueda ser convertirse en un empleado para aprender de otro tipo de experiencias.
Otro desafío lo tenemos al pensar cómo simplificar, cómo cortar con cosas que son innecesarias. En desarrollo de productos, se puede pensar en las funciones que cumplen los componentes y analizar qué se obtiene quitando alguna función, como por ejemplo cuando algunos aparatos tipo "Walkman" introdujeron el oír música con auriculares, sin traer altavoces. Es interesante el concepto de "Walkman Effect" que se refiere al tema de escuchar música con auriculares con la polémica de los beneficios de la independencia y a la vez las críticas por hacer que la persona se "aísle" de los demás.
Este tipo de innovaciones como simplificaciones eliminando cosas no esenciales se ha denominado "no frills" y se ha aplicado tanto a compañías aéreas (por ejemplo ryan air, easyjet) como a supermercados (Lidl, Aldi), gimnasios (easyGym, Fit4less).
Este tipo de ideas siempre me recuerdan "El principio de la navaja de Ockham", y su diversidad de aplicaciones al mismo tiempo como las polémicas que originó.